Un horizonte de sucesos,
de mares en tempestades,
de flores de madrugada
y de dos ojos en calma.
Un alma que se nubla,
un corazón que dispara
un puñado de miradas,
un arrebato de secretos.
El guerrero de una noche
con armadura de caricias
que se defiende del vacío,
del frío de tus manos
e incomprensión de tus pupilas
Como un viaje de ida y vuelta
que se escapa en un suspiro,
aliento que nunca fue,
que creía haber visto y haber sentido;
haber sufrido.