amor de ida y vuelta, agarrado de una mano de madera.
Maniquí carcomido por el tiempo,
la distancia y la zozobra.
Barco pirata anquilosado,
de monjas sin crucifijo y sin nada eterno.
Materia inerte, nada vivo, resucitar sin estar muerto
juego de manos, sólo en sueños.
Sueño eterno,
nunca vivido,
solo hace falta la razón
y asimilar la ausencia de cariño.